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Deporte en tiempo de COVID - segunda parte

  • Foto del escritor: Bibliotecaria CSJ
    Bibliotecaria CSJ
  • 5 oct 2020
  • 3 Min. de lectura

Hoy os traemos la útima de las experiencias de nuestros tres alumnos del colegio federados en baloncesto y fútbol, donde cuentan cómo han vivido las dificultades en el deporte como consecuencia de la Covid-19. Gracias a María Huertas Calzada por dar su testimonio en el blog de la experiencia vivida.


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Vivimos tiempos muy difíciles derivados de la situación del Covid-19, un virus que nos ha hecho valorar la magia de las cosas más simples y ver lo mucho que tenemos, así como la escasa importancia que le damos a aquello que verdaderamente merece la pena.


Mi nombre es María Huertas Calzada, soy alumna de 2º de Bachillerato del Colegio San José de Ciudad Real y futbolista del Fútbol Femenino La Solana, una auténtica familia para mí. Fue muy duro comprender como tantas cosas pueden cambiar de un día para otro en todos los ámbitos.


Sin embargo, me voy a centrar en el ámbito deportivo.


Yo participaba durante la temporada con los dos equipos de mi club, tanto en la categoría de Regional como en el equipo de Primera Nacional; me sentía feliz y contenta pues podía ser útil y ayudar en el campo allá donde el club me necesitara. Llevábamos una temporada increíble, siendo líderes con el primer equipo y alcanzando la segunda plaza de la categoría Regional.


De súbito, con la noticia del estado de alarma y del confinamiento, tanto esfuerzo y trabajo parecía haber sido en vano pues no acertábamos a ver cuál sería el desenlace final de los acontecimientos. Una vez en casa, entrenaba casi todos los días unas rutinas de fuerza abdominal y de brazos, intercalando con otras dinámicas más variadas para mantenerme en forma. Un día llegaron noticias: se daban por terminadas las competiciones deportivas y las ligas finalizaban tal cual estaban. Fue entonces cuando comenzó una aventura inolvidable para mí, algo que en tiempos de tanto sufrimiento fue un auténtico regalo: íbamos a disputar dos fases de ascenso con los dos equipos del club, algo único en toda su historia.


Durante los siguientes meses y la desescalada, salía a entrenar siguiendo los planes individuales que nos mandaban, y así llegó al fin julio. Tras pasar el test del Covid-19, empezamos los entrenamientos (aún recuerdo esa sensación de alegría al volver a ver a mis compañeras y tocar de nuevo un balón en el campo). Fueron duras semanas de trabajo tras las que llegó la primera fase de ascenso: el equipo de Regional se enfrentaba al C.D. Toledo, que había terminado la temporada siendo invicto.


Es cierto que todo era muy extraño, pues no había público en el campo y todos los protocolos eran mucho más fríos y estrictos que de costumbre. Sin embargo, fue algo increíble. La dinámica de concentración en el vestuario, la charla y el partido. Estuvimos a punto de ganar a un equipo imbatido por un gol a cero, pero en los dos últimos minutos, el conjunto toledano nos marcó un gol que le daba el pase a la final de la fase de ascenso. Fue un empate agrio sí, pero también una experiencia inolvidable que no cambiaría por nada.

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Y ese no fue el final. Me considero profundamente afortunada por haber vivido una segunda experiencia como aquella tan solo unas semanas después: llegaba el turno del primer equipo, que se jugaba el ascenso a Reto Iberdrola ante un equipo canario. La fase era a un único partido, de modo que si ganábamos estaríamos jugando en una categoría de fútbol semiprofesional al año siguiente. Fue sin duda alguna, un día mágico.


Desde que llegamos a la ciudad del Fútbol de las Rozas, todo parecía un sueño. Tras pasar el test y los protocolos respectivos, la charla y el calentamiento, llegó al fin, el partido. El gol tardó en llegar, pero nunca antes recuerdo haber celebrado un gol con tanta alegría y euforia en mi vida. Esa noche ascendimos a Reto Iberdrola, el FF La Solana era y es de Reto. Al llegar a La Solana nos recibió el filial a todas, y juntas celebramos lo que acabábamos de conseguir.


Durante los siguientes días realizamos muchas actividades: una recepción por parte de las autoridades, cena de equipo y algunas excursiones. Fueron días inmejorables.


Del mismo modo, hemos comenzado la pretemporada hace varias semanas y ahora estamos trabajando con mucha ilusión en esta nueva etapa. Es cierto que son tiempos muy difíciles los que hemos vivido y los que todavía habitan entre nosotros; tiempos de gran preocupación y de miedos; tiempos de impotencia al no poder cambiar la situación. Sin embargo, en medio de tanta tormenta y de tanto dolor, el deporte me dio una ilusión, una experiencia que nunca podré olvidar.

Escrito por María Huertas Calzada. Alumna de 2º Bachillerato del Colegio San José. Futbolista del FF La Solana.

 
 
 

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